EL Cuerpo es Redondo

El cuerpo es redondo. Puede moverse orbitando sobre si mismo, rolando en el aire, paredes o tierra. Los huesos son blandos , los músculos se estiran y se adaptan al silencio del movimiento equilibrado. No hay razón para golpes si los brazos y piernas se lanzan hacia el despliegue y la mente no estructura el movimiento. Manos y pies abiertos buscando el espacio vacío hacia el infinito.
Los cuerpos se encajan perfectamente entre si, mientras sus dueños vuelan independientes en su búsqueda.
El propio movimiento genera energía que alimenta el despliegue del cuerpo pasivo.
Girar, rolar, encajar, espiralar, deslizar es natural... El encuentro entre cuerpos es natural .... porque somos  redondos como toda la Naturaleza!.

André Luiz Oreglia

Hacer más con menos


En la clase del 5 de noviembre Gabi puso incapié en algunos conceptos:
"Hacer más con menos". Moverse naturalmente por medio del puente que se genera entre los cuerpos. El secreto? Usar los apoyos. Apoyarse no significa empujar. Lo que se busca es la continuidad del movimiento y la conciencia de lo que se denomina "transmisión", que significa percibir la conección de cada miembro con el centro del cuerpo y la integración primordial cabeza-coxxis. Nos invitó también a entegarnos a las formas redondas de moverse, como ser el rolar y espiralar, no olvidando de nuestras articulaciones como por ejemplo los tobillos y las rodillas en la hora de focalizar el trabajo.

Para terminar nos habló de la importancia de generar una base pequeña y bien apoyada, evitando esfuerzos, movimientos de exigencia muscular y, principalmente, no exponer el cuerpo a posiciones de peligrosidad. Rodillas estiradas, aperturas de piernas exageradas, exposición de tobillos y pies, hombros, brazos manos, 4 patas sin buen apoyo, no se recomiendan. Resumiendo, bailar con cero riesgo no afecta la percepción, el disfrute y la belleza del CONTACT.

Gracias Gabi Morales


Saludos


André Luiz Oreglia

Necesitamos de su nota. Contact

Amigos del C.I.


Este es un espacio para vos que disfrutás el contact. No creo que podamos explicar una práctica sensitiva, sin embargo hay palabras que llegan a quienes por alguna razón se encuentran o en la puerta o quizás muy lejos del Contact. La palabra no definirá ni explicará.... y no es su función en este blog. Lo que deseo generar es inspiración y curiosidad áquellas personas potencialmente sensibles al arte del movimiento espontaneo y el toque entre individualidades capaces de generar una experiencia conjunta.

Además... es un espacio más .... es nuestro ... un JAM más ... en donde el contacto es posible....

En mi caso, cuando escribo, me transfiro al movimiento .... mientras escribo... Bailo!!!


Si te parece una buena.... compartí tu vibración. Te espero...


Humildemente adoptado por el contact, les escribe....


André Luiz Oreglia


EL PLAZER DE CAER (André Luiz Oreglia, 26 de septiembre del 2007)

Estamos programados para evitar la caída, pero esto corresponde a una reprogramación, ya que el niño que fuimos no le molestaba para nada caer, con tanto de aprender como funcionaba el mundo y cuanto más podría llegar a desarrollarse.

Se puede disfrutar del caer si lo aceptamos como parte inseparable de la vida y desde ahí podremos buscar el aprendizaje que ello conlleva y comenzamos un proceso de aprender a caer mejor.

Poseemos tres dimensiones verticales básicas a explorar que son el plano alto, representando las alturas máximas de alcance de nuestro cuerpo, el plano medio, representado dentro de la altura femoral de un cuerpo parado y el plano bajo, correspondiente al contacto con el suelo, el piso.

La gravedad es la fuerza que exige una resistencia a los cuerpos que desean desplegarse del suelo. Por esa razón no cabe pensar que podamos fluir sin nunca caer, porque en estado de no sostenimiento, los cuerpos dependen de bases ajenas a ellos que tarde o temprano de algún lado sucumben.

Pasamos la vida tratando de no caer, creyendo que cuanto más nos mantendremos parados, menos vulnerables estaremos a la dominación externa y menos estaremos propensos al fracaso. Y estos paradigmas tan enraizados en sociedades del mundo, han generado una gran dificultad de fluidez y una ampliación del esfuerzo en el proceso de desarrollo de la humanidad.

Como en el caso del niño, dejarse caer en algunas circunstancias, significa vivir en lo nuevo y no necesitar resistir todo el tiempo, porque hay mucha vida en todas las dimensiones y experiencias diversas en cada una de ellas.

Permitirse caer libera los huesos del gran esfuerzo y mantiene las articulaciones aceitadas y por ende disfrutaremos más de los pliegues, principalmente de rodillas. Y recuerden que huesos fuertes son sinónimo de vida larga y placentera.

Y hablando más concretamente, hoy encontramos muchas posibilidades de desarrollo de esa capacidad de caer y disfrutar. Disciplinas como el baile, las artes marciales, los deportes en si, cada vez hacen más hincapié de la importancia de lo que los futbolistas llaman “dinámica” y el medio holístico y artístico lo denominan “fluidez”. La base de esta experiencia mora en el aprendizaje de equilibrar peso entre el que sostiene y el sostenido, de tal manera que tal denominaciones desaparezcan debido al esfuerzo nulo causado por la equivalencia de tensión, independientemente de las dimensiones de los cuerpos. No es lo mismo caer rolando, que caer estático, por ejemplo, como también aceptar que las bases pueden en algún momento ausentarse y depararnos con el vacío. Podemos casi como establecer como ley que vivimos en una fluidez de incertidumbre y que luchar contra eso es como tratar de frenar la órbita de los planetas, tocas un lado y sentirás del otro. No hay razones coherentes para frenar los procesos de fluidez para quienes logran ver el mundo como un sistema viviente e interconectado. Huesos que resisten y articulaciones que no se pliegan, tienden a romperse con el tiempo, porque se excluyen de la fluidez del mejoramiento continuo y recomposición celular.

Contact


Profesora: Gabriela Morales

Es una forma de danza en improvisación, que desarrolla un estado de escucha y de atención en relación a los propios impulsos de movimiento, a la relación de apoyo con la tierra y a los movimientos de los otros. Es una profunda exploración del uso del peso del cuerpo para el movimiento, de cómo reaccionamos frente al toque, del estado del cuerpo en caída y del espacio en sus tres dimensiones. Sentir el peso del cuerpo, degustar la gravedad, rolar, caer, sentir las fuerzas que nos atraviesan cuando nos movemos danzando con la tierra y con los otros, en improvisación.


QUÉ ES CONTACT IMPROVISACIÓN? (*) WWW.JAMTELMO .BLOGSPOT. COM

Hay muchas posibles definiciones de Contact. Aquí hay una definición dada por Nancy Stark Smith en su nuevo libro:

CI es una forma de danza, originada por el coreógrafo estadounidense Steve Paxton en 1972, basada en la comunicación entre dos o más cuerpos en movimiento que están en contacto físico y su relación conjunta con las leyes físicas que gobiernan su movimiento: gravedad, momentum, inercia.

El cuerpo, para abrirse a estas sensaciones, debe aprender a liberar el exceso de la tensión muscular y abandonar una cierta cualidad voluntariosa para experimentar el flujo natural del movimiento. La práctica incluye rolar, caer, estar invertido (cabeza para abajo), seguir un punto de contacto, recibir y dar peso a un compañero.

Las improvisaciones en contacto son diálogos físicos espontáneos que abarcan un rango que va desde la quietud hasta el intercambio altamente energético. El estado de alerta es desarrollado para trabajar en un estado energético de desorientación física, confiando en los propios instintos básicos de supervivencia. Es un juego libre con el equilibrio, autocorrigiendo los movimientos equivocados y reafirmando los correctos, dejando aparecer una verdad físico-emocional acerca de un momento de movimiento compartido que deja a los participantes bien conformados, centrados y animados.

De “Caught Falling: The Confluence of Contact Improvisation, Nancy Stark Smith, and other Moving Ideas”, por NSS y David Koteen, disponible a través de Ediciones Contact.

Otras Definiciones

- Definición temprana realizada por Steve Paxton y otros en los ’70, en la CQ 5:1, otoño 1979.

CI es una exploración abierta ( sin final, aún en desarrollo ) de las posibilidades kinestésicas de cuerpos moviéndose a través del contacto.

Algunas veces salvaje y atlética, algunas veces quieta y meditativa, es una forma abierta ( disponible ) a todos los cuerpos y mentes curiosas.

- Del anuncio de los Talleres de Ray Chung, Londres 2009

CI es un marco de trabajo para un dúo de danza improvisada. Como esencialmente es una danza de investigación de peso, toque y comunicación, no se adhiere a una definición única o a un programa de certificación pedagógica. Todos los practicantes al fin y al cabo participan en la definición, diseminación y desarrollo de esta forma a través de su propia práctica y descubrimiento.


Historia
CI fue primero presentado como una serie de performances concebidas y dirigidas por el coreógrafo estadounidense Steve Paxton en junio de 1972 en la Galería John Weber de la ciudad de Nueva York. Paxton invitó a alrededor de 17 estudiantes y colegas a participar del proyecto de 2 semanas. Estos estudiantes incluían a Tim Butler, Laura Chapman, Barbara Dilley, Leon Felder, Mary Fulkerson, Tom Hast, Daniel Lepkoff, Nita Little, Alice Lusterman, Mark Peterson, Curt Siddall, Emily Siege, Nancy Stark Smith, Nancy Topf, y David Woodberry. Muchos de ellos continúan hoy con la práctica de esta forma de danza. Un video de estas performaces iniciales pueden verse en 2 documentales narrados por Paxton, Chute (Tobogán) (1979) y Fall After Newton (La caída después de Newton) (1987), producidos por Videoda.

Steve Paxton, un bailarín con formación en acrobacia y artes marciales, fue miembro de varias companias de danza moderna en Nueva York en los ’60, incluyendo a aquélla del coreográfo revolucionario Merce Cunningham y su colaborador por mucho tiempo, el compositor John Cage, un gran innovador del pensamiento musical y artístico.

Paxton fue uno de los protagonistas principales de las performances vanguardistas del Judson Dance Theater en los mediados de los ’60 en la ciudad de Nueva York, desafiando las convenciones sobrela danza y abriendo nuevas posibilidades a este arte, considerando por ejemplo qué clase de movimientos podrían considerarse danza y cómo se podrían hacer danzas. Las propuestas coreográficas radicales de Paxton en los ’60 incluyeron exploraciones de improvisación –en el solo y en grupos, más notoriamente con el colectivo de danza-teatro Gran Union (1971–1976) en el que participaron Yvonne Rainer, Barbara Lloyd (Dilley), Nancy Lewis, David Gordon, Douglas Dunn, and Trisha Brown. Fue durante su tiempo con la Gran Unión que Paxton propuso por primera vez el Contact Improvisación.

(*) Extraído de www.contactimprov.net Traducción Bryce Kasson y Laura Barceló.

Varios... deambulando

Lorenzo, Emilio, Justina y Sergio

Gloria

Hernán

Dani y Bernarda

Pablo

Edu y Bernarda

Emilio cayendo

¿De qué cuerpo hablamos?

por Gabriela Morales



Hace muchos años que enseño movimiento. Aunque enseñe danza, sensopercepción o gimnasia el enfoque del trabajo es el mismo.

Es una práctica que se funda en recuperar el bien-estar en el cuerpo, en la experiencia de percibirnos cuando nos movemos, y que desarrolla un saber propio del cuerpo en movimiento.

¿Cómo hacerlo? Observando el modo en que nos apoyamos en el piso, la forma en que respiramos, las tensiones musculares, las sensaciones de comodidad e incomodidad. Empezando a darse cuenta si el cuerpo está sufriendo cuando se mueve, para poder encontrar otras opciones.
A comienzos del siglo en diferentes lugares del mundo occidental, hubo personas que pusieron en discusión los modos de trabajo corporal, en el campo de las terapias físicas y de la danza. Como resultado de ello surgieron una diversidad de técnicas de trabajo corporal que cuestionaron los saberes establecidos, apoyándose en conceptos de la física, la fisiología, la psicología, pero fundamentalmente en la propia observación y experiencia, y así fueron delimitando un campo específico.



Una experiencia de clase de Sensopercepción con Patricia Stokoe.
Luego de leer varios libros de Patricia y con las dudas que me generaba el modo de enseñanza de la actividad física, que venía practicando hasta entonces, llegué a su estudio. Había sido deportista, era profesora de educación física y bailaba danza contemporánea. Estaba buscando algo y allí lo encontré. Fue el principio de un cambio que se renueva constantemente, no volví a trabajar igual con mi cuerpo ni con el cuerpo de los demás

Era la primera clase. Estábamos sentados en un círculo y nos presentamos. Patricia nos mostró la imagen de un esqueleto, describió cada parte y nos hizo notar algunas en especial. Después nos acostamos en el piso y nos pidió que no hiciéramos nada, que descansáramos, sólo estar allí, enfocados en las sensaciones que venían del cuerpo, alineando la cabeza con la pelvis, las piernas paralelas y los brazos a los lados del cuerpo.
Minuciosamente, con claridad, fue describiendo cada parte del esqueleto, comenzando con un pie, la consigna era que lleváramos nuestra atención hacia cada lugar que ella iba mencionando. La sensación era que nos guiaba por lugares que ella conocía muy bien en su cuerpo. Con los ojos cerrados empecé a viajar por mi cuerpo como un explorador en un paisaje nuevo.
Cuando terminó de describir una pierna nos pidió que la rotáramos lento y con el menor esfuerzo posible. Después comparamos esa pierna con la otra. Quedé asombrada. Casi no me había movido y la sensación de cambio y movimiento era enorme. Así seguimos con todo el cuerpo, haciendo algunos cambios en las posiciones de las piernas, éstos afectaban poderosamente todo el cuerpo, hasta la cabeza. Cuando me paré estaba más alta, más liviana. No había copiado ningún movimiento, no había hecho ningún esfuerzo y sentía un gran bienestar y una gran disponibilidad de mi cuerpo.

Los verdaderos maestros hablan una lengua nueva, diferente, y son capaces de transferirla a quién quiera tomarla. Esa lengua tiene su propia lógica, sus ideas. Con Patricia comenzó un viaje que no se detiene. Por primera vez pensé en el efecto que la gravedad tiene sobre los cuerpos, en la importancia de apoyarse en la tierra. Tuve herramientas para observarme y observar el modo en que cada persona organiza su cuerpo en las acciones básicas como caminar, levantarse de una silla o estar de pie. Aprendí a cerca de la tensión muscular, a sentir las partes del cuerpo que no se mueven, de cómo repetimos casi siempre los mismos movimientos, y de cómo nuestros hábitos subyacen a todo lo que hacemos.
Empecé a ver, que la mayoría de las personas adultas hacen movimientos complicados sobre la base de una organización pobre de sus cuerpos. Esto siempre, a la larga o a la corta, genera lesiones, dolores, tensión, mal_estar.
Para mí la relajación, por ejemplo, no es sólo el momento final de una clase, como suele serlo en las clases de educación física, aerobics, step, streetching, etc, sino que es la otra cara de la tensión y debe estar presente en todas las acciones. Lo mismo sucede con el equilibrio entre actividad y descanso, adquirir un saber como este nos brinda otras posibilidades de estar en el cuerpo.
También aprendí que es posible producir cambios profundos en el cuerpo, pero que para eso hace falta tiempo, hay que estar dispuesto a soltar algo, a perder algo, ese algo son los hábitos que generan tensión y mal-estar, y aunque parezca mentira las personas nos aferramos mucho más de lo que parece a los hábitos, aunque sean viejos y malos. Por eso la primer tarea es detectar cuales son esos hábitos corporales que funcionan como obstáculo del bien-estar.

Hay muchas maneras de moverse, ésta de la que hablo hoy es una. Empieza con "no hacer", aprendiendo a parar, a detenerse, Valorando la quietud como una cualidad. Es un camino de movimiento que empieza de adentro para afuera, reconociendo los propios límites y las diferencias. No hay dos cuerpos iguales, y nadie que se mueva por otro. Este trabajo no intenta igualar, sino diferenciar, encontrar la propia forma y el placer en el movimiento.
Puede parecer paradójico que el trabajo con el movimiento empiece justamente con la experiencia de parar de detenerse. El trabajo es muchas veces imperceptible para los ojos y los cuerpos habituados a otras imágenes y sensaciones del movimiento, cuya procedencia suele ser el gimnasio, la imagen de moda, o la sujeción del cuerpo a prácticas predominantemente "mentales", que olvidan que el cuerpo, aunque olvidado, continúa siendo su soporte, el lugar que habitan.

Músculos maltratados


por Gabriela Morales

¿Hace usted actividad física?

En casi todas las actividades físicas los músculos son la vedette. En nuestra cultura, tanto en los deportes como en el gimnasio o con el personal trainer se piensa en los músculos. Se intenta fortalecerlos, estirarlos, engrosarlos; hemos sido educados así y en un punto esto es correcto, ya que los músculos son los encargados de darnos la forma del cuerpo y de movernos. Pero la motricidad humana es mucho más compleja y cuando nos movemos entran en juego otras variables: el lugar de apoyo, los efectos de la gravedad sobre nuestros cuerpos, la intención y la dirección de los movimientos y sobre todo nuestra historia corporal. En suma cuerpo, mente y ambiente trabajan juntos siempre, tengamos esto en cuenta o no.

A pesar de tanto interés en lo muscular, que viene de querer tener una buena forma,  de conseguir fuerza, o de recuperarse de alguna lesión, observo que hay un defícit en la manera en que se entiende el trabajo muscular en las prácticas físicas.

Voy a ser muy esquemática en esta descripción.
Hay más de 700 músculos en el cuerpo y tienen diferentes funciones depende la profundidad o la cercanía que tengan a los huesos.
Los más profundos son posturales, los encargados de sostenernos en las posturas. Los más superficiales son dinámicos y tienen por tarea los grandes movimientos en el espacio.
Cuando nos movemos, el éxito de los movimientos depende de que los músculos profundos estabilicen el cuerpo, para que los músculos superficiales nos puedan mover hacia el espacio con economía y fluidez.
A la inversa cuando estamos en una postura ( trate de no pensar en nada estático, ya que el cuerpo nunca está quieto), como por ejemplo estar sentados o parados, es vital que sean los más profundos los que estén trabajando para que los superficiales se puedan relajar, no los necesitamos en esas tareas.
Como la postura subyace a todo lo que hacemos, cuando se realiza una actividad física y no se presta atención a estas funciones, corremos el riesgo de lastimarnos. De hecho si tenemos una postura en la cuál nuestros huesos trabajan fuera de eje en sus articulaciones, cada día, en cada movimiento hay microtraumatismos que dañan los tejidos óseos y articulares. Pueden pasar años hasta que se sienta la lesión, pero esta lesión viene de habernos movido fuera de eje en nuestra vida cotidiana. El riesgo de lastimarnos es mayor cuando la organización postural es pobre.

No es posible hacer grandes cambios, cambios cualitativos, en el estado muscular si no se atiende a la cuestión de cómo se organiza   el cuerpo para la acción (lo postural).
Por eso es que hay personas que hacen miles de abdominales y siempre tienen panza, otras que hacen deportes o pesas y no soportan estar unos minutos parados o sentados en la vertical, u otras que pasan horas tratando de estirarse y nunca lo logran.
Cuando observamos el modo en que nos movemos, cuando estamos atentos a nuestra capacidad de organizarnos para las acciones y nuestra posibilidad de coordinar el movimiento, el cuerpo recupera su fuerza, su forma y su elasticidad. Es más podemos estar gastando gran cantidad de energía sin la sensación de esfuerzo. Esto lo vemos en los grandes deportistas o bailarines. También nos puede pasar a nosotros.
Para esto es necesario estar presentes en lo que hacemos, parar un poco y observar nuestra organización para la acción. No es eficaz hacer ejercicio y ausentarse del cuerpo, como ocurre cuando alguien corre sobre la cinta mirando la tele.

Quizás esta idea de percibir las diferentes funciones musculares nos ayuden a fluir en nuestros movimientos y a ganar movimiento